Digamos que escribir, lo que para mí significa, es un ejercicio vital y frecuentemente obsesivo para intentar comprender el sentido de la existencia; llegar —in extremis— a volcar esa pelea en un libro.
En mi caso, una pelea atroz/un juego con el lenguaje, el léxico, la sintaxis... Cada obra es un campo de batalla.
La experimentación es una de las claves de mi escritura. La búsqueda constante, el riesgo; conocer el límite.
Mi herencia ha sido múltiple y compleja. El contexto no sólo marcó mi vida, sino la vida de varias generaciones. Lo digo así, porque nunca viví al margen de lo que sucedía. Mi infancia y adolescencia compartieron con otros muchos esa travesía: una larga dictadura que procuró por todos los medios que no olvidásemos que éramos los perdedores.

Digamos que la calle, de una manera poliédrica, me fue formando. Y que mi vida ha sido una carrera intensa.
El azar me permitió, desde muy joven, conocer músicas vivas. Y, si el flamenco no despertó demasiado interés en mis días infantiles, allí estaba en el ambiente, mostrando su portentosa naturaleza. Igual que la música árabe, que con frecuencia escuchaba en la radio, junto a la música de Brasil, precisamente el año en que surgió la bozzanova. Al mismo tiempo llegó el sonido electrónico, el twist, los nuevos ritmos, la estética pop... El rhythm and blues y el jazz vinieron luego y la música clásica. Con gran intensidad, muchas horas al día.
Qué no ha influido en mí, quién no. Me siento heredero mestizo de este mundo. Sin desdeñar la crítica, para mí, consubstancial a la existencia.
Mi rebeldía me llevó a rechazar la tradición, mas luego aprendí a aceptarla críticamente, nunca de manera sumisa.
Mucho laboratorio. Eterno compromiso.

Publicaciones

Últimos libros

It ha despertado. Pretende regresar al origen. Le guían las resonancias de su propia historia, desde el seno materno. Recrea mil y un avatares de la más variada índole. Inadaptación. Rechazo. Atropellos. 
Su amor al teatro le hace tener una visión 
un tanto escenográfica de la vida. Su ingenuidad patológica se convierte en involuntaria/pasmosa ironía, con la que va desmontando el mundo.
No va solo; dialoga consigo mismo y su derredor con un carácter ‘sinfónico’: presta atención a todo, lo grande y lo pequeño, 
lo que imagina y lo que toca, lo que ocurre 
y lo que pudo ocurrir. It es, sobre todo, 
una batalla literaria.

“En la Estación de Atocha, aquel once de marzo confluyeron muchas vidas y 
murieron muchas esperanzas. 
En las inmediaciones, Laura, estudiante de periodismo, no comprende lo que ha sucedido. En su Diario, en sus cartas, se pregunta por las razones de este mundo. Remueve las tripas en su tesis sobre "El Purgatorio", de Dante.
La historia, sin embargo, la cuentan coralmente los cuerpos destrozados, los que murieron de camino y los que siguieron viajando sin saber que ya habían llegado 
al final del trayecto.
Simultáneamente otras tantas cosas 
seguían sucediendo en Madrid y en otras ciudades. La política también saltó por los aires. Algunos ríos excedieron sus cauces”.

Es sólo una muestra, pequeña y despropor-cionada, pues carece de criterio antológico 
(y ontológico). Una muestra polimorfa 
breve y una selección: pertenece a una secuencia temporal (entre 2008 y 2009, aproximadamente). Y se explica el lapsus, porque en esa fecha inicié mi primer blog 
en internet, y me propuse entonces escribir directamente en esa página virtual, 
al menos una vez cada día. Ya no sería un diario íntimo, sino una sección pública, en su mínima expresión, como he comprobado luego (no más de 6 o 7 lectores asiduos). 
Una especie de columna diaria de opinión que muy poca gente, hasta ahora, ha leído.

"Una historia del jardín antropocénico".

..una matemática que sea adecuada al mundo global, lleno de irregularidades y de turbulencias, pero que consiga, mediante el tratamiento fractal, hallar orden en esas zonas de máxima irregularidad, las fronteras, los límites, las orillas, los cuencos fluviales, los contornos difusos, los lindes, los engarces, las colisiones, las turbulencias, las catástrofes.
E. Trías. La imaginación sonora

El zumbido vibrante de una abeja, una danza dorada a mil kilómetros de distancia, pero aquí dentro (me señalo el corazón). 
Spanish Fly, de Milt Jackson (con Jimmy Heath, McCoy Tyner, Bob Cransaw y Connie Kay) fue uno de mis primeras adquisiciones. Vivía en Madrid (1972), sin tocadiscos, y a menudo me ocultaba bajo una chilaba (ya fuera verano o invierno) de listas marrones y botos camperos de Valverde. Por las noches visitaba un pub, bajando hacia el Manzanares, por la cuesta de La Vega, bajo el viaducto.

Segunda "Summa incompleta", tras Cruzando Kazmadán
Alegato implícito/compromiso poético. 
El mundo como repertorio. 
Cada poema es un proyecto; significa que no hay modelo: surge, imprevisible, del pensamiento, del sueño o de la acción (experiencia vital o literaria). A veces, pura poesía cuántica; sintagmas que han ido cayendo/ compareciendo. 
Pronto los interpretaremos con algunas músicas.

Cada libro es un proyecto que, en función 
de la temática, los personajes, las historias…  
va generando una dinámica propia.
Anacrousis plantea la continua incertidumbre. Cuando nos despedimos, nunca sabemos si volveremos a vernos, aunque digas buenas noches sobre la misma almohada.

 

Lo primero que alteró el estado de alarma 
y el inusitado confinamiento fue nuestros
desayunos. Se hicieron pausados e
interminables. No porque tomáramos muchos cafés (una taza más, si acaso), sino porque no parábamos de charlar, de platicar (practicar; de ahí viene, honorable palabra).

En París fletaron un barco para viajar hasta Atenas  en  busca del ‘Azul Griego’.
Viaje del espíritu, desde que abandona la Naturaleza (Hegel); la escisión.
Viaje del Arte (y el pensamiento que le acompaña, por arriba y por abajo).
Viaje de búsqueda del estilo personal: el debate interno frente al mundo. (Joyce)
Búsqueda del Absoluto.

Ciertamente ahí está la Naturaleza, y aquí dentro. Si no ¿qué somos? ¿qué seríamos?. 
Y cómo explicar, traducir, la manera en que aquella se traslada a nuestra conciencia aunque fuera solo para despertarse 
a sí misma. 
Y dónde colocamos lo inexplicable. 
Y cómo la confusión de aquel mundo material, opuesto a lo religioso, pretende con ello substraernos de lo más esencial, dejarnos sin espiritualidad. ¿Qué somos, qué seríamos entonces?

Lo importante, para que una secuencia se formule, para que la estructura quede cohesionada, es que sea veraz lo que buscas y tenga fuerza suficiente. Esa convicción y ese empuje moverá las placas tectónicas hasta que queden bien encajadas.
Los flujos de la vida, los personajes, los recuerdos… La novela entera se va deshilachando, hasta que se diluye en una falsa heroicidad literaria.
Tan abierto el flujo, el sonido, las vidas… 
que corro el riesgo de perderme. Aunque suelo regresar recuperando el ritmo (como Bird).

Al igual que en la novela de aventuras, el protagonista va topándose con países desconocidos y animales extraños… 
Aquí esos ‘monstruos’ adoptan formas 
propias (el Diccionario, la gemelidad, los informes de la OMS…); las cosas conocidas 
se transforman. Suceden fenómenos contraparadigmáticos…

La utopía no pretende traicionar el presente (aquellos falsos utópicos sí), sino dar un sentido a la vida, al discurrir. No se trata de alcanzar aquello, sino de vivir esto con un sentido, sin evadirse del presente, muy al contrario, intensidad del acto (presente, actual), vivido con la tensión 
entre lo que fuimos 
y lo que seremos/estamos siendo.

Con estos diez títulos se inicia la publicación de mis obras completas.

©Ceyles 2021. Todos los derechos reservados

Fotografía perfil autor: Pepe S. Ponce

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